Concepto de fraternidad y centros
El nombre Fraternidad Blanca Universal suscita regularmente interrogantes en algunas personas que creen ver, en el término “Blanca”, una connotación racista. Los dos términos “Fraternidad” y “Universal” que lo encuadran deberían eliminar cualquier ambigüedad sobre este punto.
Fraternidad significa que esta Enseñanza se dirige a la comunidad humana de toda la Tierra, cuya predestinación es la de vivir juntos como hijos de un mismo creador: Dios.
El término Blanca debe ser comprendido simbólicamente. Se refiere a la luz blanca, símbolo espiritual por excelencia, que es la síntesis de todos los colores (tal como lo revela su descomposición por el prisma), colores que la tradición mística considera como la manifestación de las virtudes del alma.
La palabra Universal nos indica que, por su estructura psíquica, el ser humano, creado a imagen de Dios, es capaz de elevar y de ensanchar su conciencia hasta una concepción universal de la vida.
El nombre “Fraternidad Blanca Universal” representa, pues, por sí mismo, un programa. Su Enseñanza es esencialmente una psicología y una pedagogía que permiten a cada uno hacer su trabajo sobre sí mismo, gracias al cual se siente verdaderamente hermano de todos los humanos, hijo de Dios y habitante consciente de esta inmensa morada que es el Universo.
“Aquél que trabaja con los principios de Cristo, principios que son eternos, inmutables, pertenece a la verdadera Fraternidad Blanca Universal. No destruye nada, no aporta una nueva religión, no, pero abandona unas formas que, a lo largo de los siglos, han perdido su significado. El que se aferra a la forma revela solamente que no ha comprendido los principios. Se imagina que la forma le salvará… No, porque en la forma nos dormimos. Para evolucionar no hay que contar tanto con las formas, sino trabajar con los principios. En la segunda epístola a los Corintios, San Pablo escribe: «La letra mata y el espíritu vivifica.» Es la pereza la que empuja a los humanos a aferrarse a la letra, a la forma. Pero periódicamente el espíritu rompe las formas para renovarlas, porque ya no se reconoce en ellas. La Fraternidad Blanca Universal no es, pues, una nueva religión; es la religión de Cristo, pero presentada bajo una forma adaptada a nuestra época.”
“Colectivo no significa fraternal. Una colectividad todavía no es una fraternidad. Una colectividad es un agrupamiento de personas que pueden no tener ninguna conexión entre sí. Una aldea, una ciudad, es una colectividad, claro, pero la gente que está ahí, ¿acaso se conocen, se aman?, ¿acaso trabajan conscientemente los unos para los otros con amor? No, la mayoría de las veces viven sin tener conciencia de la realidad de los lazos que deberían unirles, y no forman todavía, por tanto, una fraternidad. Una fraternidad es una colectividad que tiene una conciencia vasta, luminosa, una colectividad cuyos miembros están unidos entre sí y que trabajan, no sólo los unos para los otros, sino también para el mundo entero. Una verdadera fraternidad es una colectividad que posee una conciencia universal.”
